Este es un libro sobre el duelo insistente e incómodo de treintaicinco hijos de detenidos desaparecidos y ejecutados políticos. También es un libro sobre la memoria, una memoria que se levanta como imperativo categórico, y al mismo tiempo daña e imposibilita el descanso.
Las versiones de estos testigos me ha interesado más que unos hechos que pertenecen a las cortes y los informes oficiales, con sus cifras, sus sentencias, su insistencia en la comprobación y en el consenso. Aquí, en cambio, la única verdad que interesa es la de una subjetividad que se expresa como puede, muchas veces con dificultad, con torpeza e incertidumbre.
A través de los monólogos que conforman este libro, he buscado transmitir la riqueza de las narrativas con que los entrevistados me relataron sus vidas; unas vidas muy diversas que, sin embargo, tienen en común haber sido tempranamente fracturadas por la violencia de estado. También me han interesado los momentos en que estas narrativas se suspenden, la racionalidad falla, el discurso se interrumpe y da lugar al silencio, o a balbuceos que revelan dudas y otras actitudes incómodas, como culpa, humor o resentimiento hacia a los padres.
Algunos tienen la historia elaborada, la cuentan como si la hubieran contado muchas veces, encontraron una fórmula para dar sentido a lo vivido, ordenando episodios, atando causas y efectos. Han construido una fábula. Otros avanzan a tientas por caminos raras veces transitados, deciden en la marcha cuáles son los acontecimientos, tienen que elegir con qué palabras contar su historia. Los símbolos son frescos, improvisados.
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Este libro, terminado el 2019, pasó algunos años sentado en un cajón. Recién lo saqué de ahí hace un par de meses y acabo de acordar publicarlo con la editorial Saposcat, gracias el entusiasmo con el manuscrito de Marcela Fuentealba. Si todo va como programado, verá la luz en abril del 2023.
*La imagen es parte de la obra de Alfredo Jaar “Estudios sobre la felicidad” (1974).
Agradezco a cada uno la confianza que me ha dado para transformar su relato oral en un monólogo. Espero que la traducción resulte justa. Fueron entrevistas muy largas e, inevitablemente, es mucho lo omitido. También está lo que no puede ser nombrado porque las palabras no alcanzan.