Súplica a mi madre de Pier Paolo Pasolini

Es difícil decir esto con palabras de hijo

a quien cuyo corazón bien poco me asemejo.

Tu eres la única en el mundo que sabe de mi corazón,

esto que ha sido siempre, antes que cualquier otro amor.

Por eso he de decirte lo que es horrendo conocer:

es de tu misma gracia de donde nace mi angustia.

Eres insustituible. Por eso está condenada

a la soledad la vida que me diste.

Y no quiero estar solo. Tengo un hambre infinita de amor,

del amor de los cuerpos sin alma.

Porque el alma está en ti, eres tú,

pero tú eres mi madre y tu amor es mi esclavitud:

He pasado la infancia esclavo de este sentido

alto, irremediable, de un compromiso inmenso.

Era el único modo de sentir la vida,

el único color, la única forma: ahora todo ha acabado.

Sobrevivimos: y es la confusión

de una vida renacida fuera de la razón.

Te lo suplico, ay, te lo suplico: no quieras morir.

Estoy aquí, solo, contigo, en un futuro abril.

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