El taller era los martes y yo los martes no podía. Josefa, sin conocerme, se arriesgó a consultar al grupo para cambiar el día y, generosamente, aceptaron. Así fue como me incorporé hace ya un año, en pleno confinamiento, al “Taller de los jueves”. Mi interés era y sigue siendo escribir mis recuerdos de vida, para mí misma, para mi s nietos y el resto de mi familia. Y en eso estoy, aprendiendo de Josefa, excelente profesora, y del grupo potente, acogedor, respetuoso e inteligente de mujeres con las que comparto este espacio creativo. La Escuelita Narrativa es el lugar de mis sueños.