Este año de encierro hemos podido viajar a Inglaterra con Tom Sharpe, a Alejandría de la mano de Lawrence Durrell, a Argentina y el universo, gracias a Borges y ahora, a través de las letras de Cesare Pavese, viajaremos a Turín, Italia, sin riesgo de contagio, salvo del contagio de ideas.
Más abajo puedes descargar la novela Entre mujeres solas, textos sobre Pavese de Alejandro Zambra e Italo Calvino, y un libro de Natalia Ginzburg en el que se incluye un retrato de Pavese (“Retrato de un amigo”).
Empiezo yo con el juego de las citas: “Tener dinero significa poderte aislar. Pero entonces, ¿por qué los desocupados que tienen dinero andan siempre en busca de compañía y de follón?”
Y otra: “Cuando estuve sola, dentro del agua tibia, cerré los ojos irritada porque había hablado de más y no merecía la pena. Cuanto más me convenzo de que hablar sin necesidad no sirve de nada, más hablo. Especialmente entre mujeres. Pero el cansancio y aquel poco de fiebre se diluyeron pronto en el agua y evoqué la última vez que había estado en Turín –durante la guerra-, al día siguiente de una incursión. Todas las cañerías habían saltado, ni pensar en un baño. Lo recordé con gratitud; mientras en la vida hubiera un baño, valía la pena vivirla.”
“Y estos ahora ya no saben ni quienes son ni qué quieren, ni siquiera se divierten.
Tienen los vicios de los viejos sin tener su experiencia” le dice Morelli a Clelia
En este párrafo Pavese describe a esa juventud burguesa, provinciana con la que se involucra la protagonista, quien es una mujer de origen humilde, que logró salir de la pobreza trabajando duramente como modista. Ha vuelto a su ciudad de origen para montar una tienda. Quiere como ella dice mostrar que ha triunfado “convertirse en alguien para regresar a aquellas callejas y disfrutar con la admiración de la pobre gente. Y la pobre gente había desaparecido”
Un intento de suicidio frustrado de una joven y más tarde su muerte definitiva, remueven a Clelia y demuestran el sin sentido de una juventud que vive en un mundo de diversión y frivolidad.
El ritmo del libro va dejando un sabor a absurdo, aburrimiento, diálogos y episodios irrelevantes que puede aburrir a quien lo lee, pero es una construcción del autor para mostrar precisamente ese estilo de vida.